Publicado por
José Del Moral
el
No hace mucho, la ciencia ha hecho unos descubrimientos que se han sistematizado en una disciplina –Epigenética– cuyos conocimientos y utilidad van a ser extraordinarios para el progreso de la Humanidad. La foto que acompaña a este post tiene un gran simbolismo. A la izquierda aparece una niña de tres años con una sonrisa encantadora. A la derecha, la mano de esa niña, casi cien años después, tiene cogida la de una nieta suya. Esa imagen es una metáfora perfecta de la trasmisión que cualquier persona hace de sus vivencias. La vida de esa niña –nació en Argentina (1915) y falleció en un pueblecito de Andalucía– estuvo marcada por numerosos acontecimientos trágicos: la ruina económica de sus padres, asesinatos de familiares y, como colofón, la miseria diaria de una posguerra muy larga en la que hasta el pan estaba racionado. Las desgracias que sufrió esa joven podían justificar que tuviera sentimientos de odio, cólera, resentimiento, venganza, etc., pero, muy al contrario, lo que
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