“¿Cómo puede un hombre nacer, siendo viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”
Evangelio de san Juan 3:4


Pongamos que uno, en algún momento de su juventud, se pierde en la vida. Y pasan los años. Tres, cuatro, cinco, diez… Veinte. Veinte años perdidos. Veinte años de marasmo, empantanados en un vivir estéril, sin sentido. Veinte años son muchos, demasiados… Y, sin embargo, ¿habría alguna posibilidad de saldar la cuenta de todos esos años vacíos, desperdiciados, y dejarla a cero, como si empezáramos de nuevo? ¿Es posible una vida completa, plena de sentido aun con su tercera parte −o incluso la mayor parte de ella− echada a perder? ¿Rehacer y dejar presentable algo tan mal aparejado? Pues bien, más o menos en esa tesitura van a encontrarse los protagonistas de esta película. Un drama, en el sentido estricto. Pero también una comedia. En una combinación encantadora. Os la recomiendo a los que no la hayáis visto, que imagino no serán, como siempre, más de dos o tres personas, una vez descontado yo mismo.

¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!

Diego

 

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