Entre estas percepciones opinables hay personas que deciden acomodarse en la amarga crítica y las que deciden no dejar de andar y hacer camino, sea cual sea el paisaje social que toque vivir, y es sobre estos últimos sobre los que me gusta indagar y aprender, y sobre lo que se justifica esta breve entrada.
Nuestro momento sociocultural actual, incrementado por la situación de la pasada pandemia, removió todas las estrategias de innovación educativa en la enseñanza -donde los avances en neuroeducación prometían una revolución de efectividad real en el ámbito educativo- imponiéndose las urgencias sobre la ciencia, invadiendo la tecnología informática todo el ámbito del sistema de enseñanza-aprendizaje sin tiempo ni estrategia de evaluación de lo que se estaba llevando a cabo, a lo que la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) terminó por darle una velocidad, a la falta de análisis de la situación, de complicado embridaje.
En este panorama, aparecen docentes como D. Gregorio Gutiérrez Del Moral, que emplean los avances en redes neuronales e IA para aplicarlos en el sistema educativo, sin quedarse en la crítica de los problemas que genera esta nueva herramienta en la elaboración y seguimiento de los alumnos. En lugar de poner la inteligencia de nuestros educandos al servicio de la IA, ha sido capaz de invertir el proceso situando a los docentes y educandos por encima de la IA, siendo los alumnos los que evalúan los resultados de lo que la IA genera, y aprendiendo con ello, y facilitando a los profesores la gestión documental de los procesos de evaluación y seguimiento gracias a la IA, liberando a los docentes para su labor de generación de estrategias y situaciones de aprendizaje originales en el aula.
https://www.elmundo.es/cronica/2023/01/27/63d00ab0fc6c83757b8b459e.html
Conseguir que la herramienta generada por el ser humano haga su función de herramienta, y nos permita seguir creciendo en nuestra capacidad creadora y de relaciones auténticamente humanas, no solo es un mérito loable, sino que nos permite sentir la esperanza en el ser humano y su infinita necesidad de crear soñando… Sin perder su libertad.
Me quedo con el último párrafo,Jerónimo, ahí se plasma todo lo necesario para entender que la mente humana es la creadora universal, lo demás son simplemente herramientas que nos permiten agilizar los procesos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente reflexión. Yo también pienso que el empleo de la inteligencia artificial solo será provechoso si se hace desde principios humanistas.
ResponderEliminarPor suerte, sigue habiendo personas con una visión clara −más clara de la que generalmente se tiene hoy día− de lo que es la vida humana; personas capaces de orientar, desde una posición de autoridad, como la vuestra de profesores, a las nuevas generaciones −y a las no tan nuevas− en esta caótica realidad… Que algunos “locos” pretenden simplificar basándose en estrictos principios científicos.
Muchas gracias por tu comentario Rafael!Cuando las herramientas generadas por el ser humano son muy deslumbrantes, la evidencia de ser herramienta se suele perder, y como el ser humano es tan creativo, suele ser más habitual de lo que desearíamos, por eso de vez en cuando hay que recordar lo evidente. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias hermano por el comentario y la observación! Simplificar como verdad solo lo que procede del método científico demuestra de la persona que lo hace el desconocimiento de lo que es el ser humano que ya existía por encima de su biología animal antes de definir el método...Método que requiere como primera necesidad la capacidad de ver donde los demás no ven, capacidad que desarrolla el arte en todas sus formas, de manera que es la ciencia la que de vez en cuando, llega a su nivel, y no al contrario.
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