“Creo que hay que devolver la facultad de decidir y elegir a las personas, no a las instituciones. Ni públicas ni privadas. A las personas. Y que la gente sea fiel a lo que realmente piensa, y a lo que le gusta o no le gusta. Hay mucha gente que elogia cosas que no le gustan (…). La gente come cosas que no le gustan, bebe bebidas que no le gustan (…); lee libros que no le gustan. O los compran. Un amigo mío, un filósofo muy importante italiano, me hablaba de un libro muy famoso, y me decía: «Lo ha comprado todo el mundo. No lo han leído cincuenta personas». La gente no es fiel a lo que le gusta. Yo insisto mucho en que la voluntad es muy importante, pero más importante son los deseos. Los deseos son los que hacen que la vida tenga un carácter fontanal, que mane, que sea una cosa que fluye. Hay que hacer lo que uno desea. Por ejemplo, en política. A veces la gente vota a un partido que no le gusta, o que le produce miedo o repulsión. Pero lo quiere, yo que sé, por principios. Luego no le gusta nada. (…) Hay gente que, pase lo que pase, está con algo o está contra algo, y vota a un partido haga lo que haga, por mal que lo haga. O no vota en modo alguno a otro partido, por una etiqueta que le ponen.
(…)
Apelar a la verdad de la vida. Es, yo creo, a lo que hay que apelar.”

Julián Marías (1914-2005), filósofo español. Extracto de una entrevista en el programa Entre líneas. Santa Fe (Argentina), 1995.


Fotografía: Menno Huizinga (1907-1947). "Expreso a la libertad” 1945.

Comentarios