LA RISA ES INDUCTORA DE ENDORFINAS

 

Por los años cincuenta, cuando yo era un adolescente, había en mi pueblo un grupo de hombres que al anochecer de cada día realizaban una tertulia que acompañaban con unas copas de vino manchego, encuentros en los que comentaban los sucesos de sus vidas y los acontecimientos que iban ocurriendo en el país.   Distinguidos por su amor a la cultura gozaban de una gran consideración social y era significativo el espíritu burlón y las risas con las que diluían la trascendencia de los acontecimientos más o menos graves que se iban sucediendo.  En aquellos amigos existía una marcada diferencia en cuanto a formación académica y edad y cuando fui mayor supe que en el grupo estaban representadas ideologías muy diferentes, aunque todos manifestaban un interés común por la lectura de “La Codorniz”, una revista de entonces dedicada a criticar con socarronería, aunque muy formalmente, las directrices del gobierno.

Hace unos días, leía en una publicación de interés neuroquímico las investigaciones de la profesora de la universidad de California, la Dra.  Breuning. Esta científica ha demostrado que el sentido del humor, manifestado en la risa, es un potentísimo procedimiento neurológico humano gracias al cual se producen endorfinas, neurotransmisores con actividad similar a los opiáceos y que nos producen sensaciones de bienestar y euforia.  ¿Sería la risa, provocada frente a cualquier suceso, la que conseguía que aquellos amigos, tan diferentes en cuanto a formación académica, edad e ideologías, confraternizaran?

Es imposible que cada uno de los españoles podamos revertir el estado de cainismo que actualmente se vive en el país, pero lo que sí podemos hacer es reírnos a carcajada limpia de tantos despropósitos con los que convivimos, convencidos de que el tiempo es un catalizador milagroso que siempre aparece y transforma los engaños y fanatismos en principios de convivencia y verdadero progreso.

En esta imagen tan simpática de los años sesenta, un grupo de amigos de Villanueva de la Reina (Andalucía) disfrutan de la alegría de una comida en el campo.  La instantánea recoge la risa tronchante que manifiesta Paco Lorente por alguien que ha debido resultar embromado.

 


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