LA OXITOCINA, EL BIOCATALIZADOR MILAGROSO DE LA HUMANIDAD


 

Los que vivimos nuestra adolescencia al final de la Dictadura fuimos testigos de un crecimiento económico que asombró a los organismos económicos mundiales. España consiguió ser el segundo país del mundo con mayor tasa de crecimiento, situándose entre los diez primeros con una mayor economía.

Ese logro, junto al orden público, eran valores de los que presumía el Régimen. Pero en los años setenta, los que ya éramos jóvenes exigimos, además de logros económicos, cambiar el orden público existente por la paz y libertad. Y, entre todos, con una actitud de generosidad y mediante un ejercicio político –la Transición–, conseguimos el cambio deseado. Su resultado es incuestionable: el periodo más largo de paz y progreso socioeconómico de toda la Historia de España.

A partir de 2011, el Movimiento 15M propició un clima de crispación que ha desembocado actualmente a un cainismo generalizado entre españoles. Un estado de inestabilidad social que es mantenido por plataformas informativas que viven de propiciar el fanatismo de “unos” contra “otros”.

La psicología nos informa de que el fanatismo propiciado por la adrenalina solo puede conducir a la pobreza espiritual del individuo y a la miseria socioeconómica de la comunidad. Ese sentimiento, el fanatismo, lo experimentamos todos, forma parte de la naturaleza humana y no es fácil deshacerse de él; pero contra el mismo los psicólogos nos recomiendan una medicina potentísima: la oxitocina, un neurotransmisor que no venden en farmacias, aparece en nuestras neuronas cuando nos abrazamos.

En nuestra Historia está registrado, de manera incuestionable, que cuando los españoles, después de una guerra y una posguerra salvajes, se abrazaron, el país se situó entre los primeros del mundo por su progreso social y económico.

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