Es un hecho irrefutable que la situación de la política
española es grave y, por ahora, no parece que vaya a mejorar.
Los que hemos estudiado biológicamente las enfermedades de
los seres vivos conocemos que existen patologías que conducen a la muerte porque
los elementos que participan en su desarrollo “entran en bucle”. Un ejemplo de
estas puede ser la que produce un excesivo consumo de productos azucarados
(diabetes) a consecuencia del estrés: El metabolismo natural encargado
de destruir el exceso de azúcar ingerido pierde eficacia, por lo cual aumenta
el azúcar en el organismo y, consecuentemente, el estrés que, a su vez, induce
a un continuo consumo de azúcar, un proceso en bucle que va agravando la
enfermedad día a día.
Ese es un mecanismo muy similar a la crisis del sistema
político español:
En España, ahora, cuando una formación política denuncia a
un delincuente de la oposición, la respuesta de esta, en lugar de responder
razonadamente, es decir: “Y TÚ MÁS”. Con lo cual se crea un círculo vicioso que
dificulta o impide el castigo de los delincuentes, generando un estado de
crispación que enferma la política.
Ese “Y TU MÁS” es una de las
razones de la crispación en la política española, una consigna propagada por
los interesados en mantener el poder, por unos medios de comunicación mantenidos
por estos y por una extraordinaria cantidad de buena gente que ha sido captada
por las distintas ideologías, convencidos de que la suya es la buena, las demás
son perversas o inútiles, y que actúan con igual apasionamiento que los
aficionados de fútbol.
Aunque pueda parecer ingenuo, en el poder de esa expresión
“Y TU MÁS” está una de las razones más poderosas del cainismo del parlamento de
España y, consecuentemente, del encanallamiento en que vivimos los españoles.
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