LA EXCELENTE CULTURA DEL PERÚ EN EL VIRREINATO

 

Los españoles tenemos tendencia a magnificar la importancia de todo lo que nos viene de fuera, y por ese carácter hemos hecho mucho caso a una Historia de España perversa que nos han contado historiadores anglosajones, holandeses, franceses, etc., intelectuales que “barriendo para casa” han construido tesis en las cuales los españoles o no hemos aportado nada a la Civilización, o incluso hemos sido unos bárbaros dedicados a la trampa y al bandidaje.

Una de esas falsedades colosales ha sido la “Leyenda negra”, una mentira tan bien contada que, no hace mucho, un primer ministro americano ha exigido a España que pidiera perdón públicamente por la, según él, nefasta acción cultural española.

Afortunadamente, ahora tenemos pruebas documentales irrefutables de que no ha existido en la historia universal una acción civilizadora tan excelente como la derivada del cruce que durante más de trescientos años se produjo entre americanos y españoles.

Buscando datos sobre los extraordinarios laboratorios que montaron los jesuitas en Perú, me he encontrado con una publicación sobre la iglesia de San Pedro en Lima, un centro religioso y cultural que fundaron los misioneros en esa ciudad tan pronto como llegaron al Perú, en 1568.  Un paseo por el contenido de ese libro es suficiente, sin necesidad de ningún argumento, para comprender la inmensa acción cultural que se derivó del mestizaje de americanos y españoles. Como ejemplo de las maravillas contempladas en esa publicación es esta imagen de San José y el Niño Jesús, para mí la más bella escultura que he contemplado en toda mi vida.