El flamenco es un canto que nos
emociona sin saber muy bien por qué. De todas sus formas de expresión, o
“palos”, las más emocionantes para mí son las que no utilizan otro instrumento
que la voz. La “toná” es el más primitivo de estos palos. En ella, el cantaor,
como un pájaro, interpreta la melodía solo mediante tonos, ritmo, pausas y
sentimiento.
En la toná, el artista, como un
torero que se plantara en la plaza sin más ayuda que su cuerpo, tiene que
realizar su faena y emocionarnos, y eso es lo que ha hecho la cantaora Ángeles
Toledano en un concierto dado a la orilla de un río que corre por debajo de la
tierra en un lugar de Castellón.
Esta artista ha demostrado ya su
valía en muchos escenarios del mundo, pero en este concierto es donde nos ha
mostrado su verdadera calidad al interpretar una toná, un palo del flamenco en el
cual existe ese principio que caracteriza a las mejores obras de arte en las
cuales todo es esencia.
Por su juventud, Ángeles está al
comienzo de una carrera con la cual, según ella nos confiesa en el vídeo, quiere
atraer a los jóvenes al flamenco, un sector acostumbrado a oír música como acompañante
del ambiente, el alcohol o los estupefacientes. No es fácil de alcanzar esa
meta, pero las confesiones que ella hace en el vídeo son indicativas de una
forma muy sabia de vivir: «Nunca he tenido prisa… Lo que pretendo es no tanto
vivir de la música, como vivir con ella y, cuando pasen cuarenta años, que
pueda decir: lo lleno que tengo el corazón de la música que he sacado»
Eso que confiesa esta cantaora es propio del estoicismo y los estoicos puede
que no consigan sus propósitos, pero son felices.
Ángeles lleva en su apellido
–Toledano– uno de los símbolos más significativos de aquellos judíos que,
formando parte de la esencia española hasta el siglo XV, fueron obligados a
exilarse, como los “Spinoza”, o a esconderse. ¿Será esto que nos muestra
Ángeles un eco de aquellas excelencias que exhibían los judíos españoles en la
Edad Media?
Es un regalo oírla , gracias
ResponderEliminarAsí es, Niny.
ResponderEliminarMari Ángeles es un regalo de Dios escucharte. Me has recordado lo que yo disfrutaba cantando en una habitación que mi madre destrastaba para blanquearla. Yo era una niña y siempre me ha gustado cantar
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