CAMINO DE SERVIDUMBRE

 


Hayek había visto nacer el fascismo y el nazismo. Conocía las señales que los anunciaban. Y ahora, en mitad de la segunda guerra mundial, las volvía a ver. Los gobiernos europeos, en su afán por llevar la prosperidad a sus países, parecían dispuestos a retomar la senda que, años atrás, los había conducido, inadvertidamente, pero paso a paso, al totalitarismo.

Esto fue lo que impulsó a este economista austríaco, catedrático en la London School of Economics, a escribir, entre 1939 y 1943, este aviso a navegantes que es Camino de servidumbre.

De esta formidable obra, este lector subraya fundamentalmente tres cosas:

Primera: Que el abandono de los modelos económicos liberales y su sustitución por sistemas de economía planificada, donde el Estado pasa, de ser árbitro, a tomar el control de la misma, fue lo que llevó, no por reacción, sino por la misma evolución de estos sistemas, a que Europa derivara hacia el totalitarismo, incluidos aquellos países que aparentemente se habían salvado de caer en él. Fascismo, nazismo y comunismo son, según Hayek, las formas últimas de desarrollo de un mismo sistema: el socialista. Y, en general, de cualquier sistema donde el Estado sea el que tome la mayoría de decisiones que atañen a la economía de un país. Decisiones que empiezan siendo económicas y enseguida se extienden, inevitablemente, al resto de aspectos de la vida, tanto social como privada.

Segunda: Que si lo que propugna el socialismo no ha podido realizarse hasta ahora, ni siquiera allí donde ha tenido la hegemonía, no ha sido, como suele creerse, porque se hayan cometido errores o por culpa de unos líderes egomaníacos. No. Hayek demuestra, con evidencias contundentes, que lo que comienza como un plan angélico, tarde o temprano, si no en dictadura, de seguro acaba, paradójicamente, con toda posibilidad de instaurar ese sistema justo e igualitario que se propugnaba. Y esto, no por la presión de las circunstancias o el boicot de sus enemigos, sino por el mismo desarrollo de estas ideas al contacto con la realidad. −Tenía razón el socialista Julián Besteiro cuando, poco antes de la guerra civil, afirmaba que el peligro del fascismo en España lo representaba mejor el también socialista Largo Caballero y su facción dentro del PSOE antes que la misma CEDA…−

Y, por último. Que ese conchabeo entre gobiernos (de todo signo) y grandes empresas que entendemos hoy por libre mercado, no es tal, es más bien su aniquilación.

¿Os suena absurdo todo esto? Os invito a leer el libro. Fue escrito por uno de los mayores intelectuales del siglo XX, premio Nobel de Economía. Y aquí no expone ninguna teoría. Escribe sobre una realidad que vivió… Y sufrió. Y que no estamos libres de volver a sufrir.


Diego del Moral Martínez

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