INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL DEL CARNAVAL DE BADAJOZ

  



En el mundo occidental vivimos un gravísimo problema de falta de trabajo. Las máquinas y la informática han sustituido muchas actividades que no hace mucho tenían que ser realizadas por humanos y, a partir de ahora, ese problema se va a exaltar por la robótica y la inteligencia artificial.

En las ciudades con una densidad de población superior a unas 30.000 personas, la solución la están encontrando con actividades derivadas del cuidado personal (gimnasios, estética, arreglo de uñas, peluquerías, etc) de medicina y sus derivados (clínicas oftalmológicas, periodentales, de podología, etc.) de animales (clínicas veterinarias, tiendas para piensos, limpieza y decoración de perros, etc.). Pero el problema no es fácil de solucionar en los pequeños pueblos del mundo rural.

Hace ya cuarenta años, Racionero nos sorprendió a todos viticinando este problema y proponiendo una batería de soluciones entre las cuales la más valiosa, en mi opinión, era la promoción de la artesanía, un campo de actividad con infinitas modalidades capaz de generar empleo y riqueza.

Badajoz parece que hubiera tomado nota de la propuesta de Racionero y, desde mediados de los años ochenta, organiza un carnaval que está considerado de “Interés Turístico Internacional” –el cuarto de España con esa categoría–. 

Durante dos semanas, el carnaval de este año ha celebrado actividades culturales que han concluido con un gran desfile de doce horas de duración –¡doce horas!– en el que han participado 54 grupos integrados por más de 11.000 personas.  Pero si esas cifras corresponden a la celebración del carnaval, ellas son una insignificancia comparada con las dedicadas a la preparación del mismo: diseñar complicadísimos trajes, cortarlos, coserlos, bordarlos, componer músicas y letras de la coreografía, ensayar danzas, etc., actividades que requieren horas y horas de dedicación.

¡El Carnaval de Badajoz es todo un modelo de actividad cultural artesana ideal para la supervivencia del mundo rural!


NB. Las imágenes son de Andrés Rodríguez, aparecidas en “La Crónica de Badajoz”. 

Comentarios