Recreación del lugar en el que el pastor de Colomera encontró la imagen oculta de la Virgen de la Cabeza a comienzos del siglo XIII.
La imagen de la Virgen ya no está
en el camarín en el que se veneraba. Sin ropajes, coronas, oros ni otros abalorios,
la imagen ha sido colocada en el patio donde está la cuevita en la cual fue
descubierta por el pastor de Colomera. Como único adorno, la Virgen tiene en su
mano un madroño fresco y el niño un puñado de moras.
Al patio llegan ahora unos
cantos, dulcísimos, del coro de niños huérfanos y emigrantes que los frailes se
están encargando de educar.
Fuera del Santuario, la calzada
aparece llena de gente que vienen con ofrendas, aunque los exvotos no son figurillas
de brazos, piernas, ojos…, sino unos papelicos que depositan en una bandeja a
la entrada de la iglesia con escritos tales como: «prometo perdonar a mi vecino
Tomasico por los desprecios que siempre me hace»; «ofrezco a la Virgen hacerle la
compra todos los días a Potenciana, que
casi no ve, y no puede salir de su casa»; «prometo no tener nunca más
envidia a mi cuñada, que a cada momento me cuenta el dineral que ganan sus
hijos»…
Con todo, lo más extraño es contemplar
una muchedumbre por los alrededores del Santuario que, a grito pelado, rezan el
Rosario mientras recogen las basuras del suelo.
–Es una cofradía de la Virgen de algún
lugar de España a la que le ha llegado el turno de limpiar el Santuario y los
alrededores –me dice uno que pasa por aquí–.
–¡Dios mío. Todo ha sido un
sueño! Un sueño del que me han despertado las campanadas de la misa de once.
–¡Pero qué haces, atontao! ¡No aparques
ahí, que los coches de detrás no pueden salir!
–¡Dos globos por un euro!
–¡El cupón de la ONCE!
–¡Yésicaaaa. Quita de ahí la
nevera que se va a calentar la cerveza.!
–¿Habrá sido este sueño un
milagro que me ha regalado la Virgen?
Texto e imagen de josé del moral
de la vega
Imagen de la Virgen de la Cabeza desnuda de vestimentas y abalorios.
Sueño o realidad, José, la fe mueve montañas y suceden los milagros.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Y algunos sueños, al menos, son bonitos!
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bun relato, como todo lo publicas.
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