Respecto a la problemática de los
lazos amarillos de Cataluña, dice el Consejero de Interior de la Generalidad
que no es lo mismo poner que quitar, y utiliza una bella metáfora diciendo que
todo el mundo sabe que no es lo mismo poner que quitar flores, y es cierto;
pero es muy fácil descubrir su trampa al más puro estilo gobeliano: el lazo
amarillo es un símbolo intimidatorio contra la justicia, conminando a saltarse
la legalidad, algo totalmente opuesto a la flor, símbolo perfecto de la belleza.
Realmente, la metáfora adecuada
para comprender ese problema habría sido: todos sabemos que no es lo mismo
cagar en la vía pública que quitar la mierda.
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