Hojas de Ginkgo biloba en otoño
Las enfermedades neurológicas son cada vez más frecuentes y, de éstas,
el Alzhéimer es, probablemente, la más odiosa, no solo por el sufrimiento que
produce en el paciente, sino también en los que lo rodean, por la inexorable y progresiva pérdida de su
conciencia y su duración. Su curación no es posible todavía,
pero desde hace milenios existen conocimientos empíricos que retardan o mitigan algunas de estas enfermedades cerebrales.
El ginkgo biloba es la especie arbórea viva más antigua que se
conoce. Sus hojas tienen una característica única, al distribuirse sus nervios de
igual forma a los de un abanico; pero lo que realmente lo distingue es su
contenido en flavonas, lactonas y fitosteroles, sustancias que le dan un extraordinario
poder vasolidatador y antiplaquetario que favorece la circulación sanguínea, y
por lo cual en Oriente se utilizan infusiones de sus hojas contra enfermedades cerebrales y varices en personas con hábitos sedentarios.
En otoño, las hojas de ginkgo adquieren un bellísimo color
amarillo que las distingue de las demás especies caducifolias.
Imagen y texto originales de josé del moral de la vega
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