En la construcción del canal de Panamá, una de las obras más colosales realizadas por el hombre, participaron algunos villanoveros. (Figura bajada de INTERNET)
Un día, husmeando en el Archivo de Indias, de
Sevilla, me topé con los nombres de unos villanoveros que formaron parte de las
primeras expediciones de españoles que marcharon a América poco tiempo después
de su descubrimiento, en 1492. Otro día, en el archivo de investigadores de la
Biblioteca Nacional, comprobé que la primera misa que se celebró en la
fundación de la capital de Filipinas se hizo en honor de santa Potenciana,
dándose su nombre al primer colegio que se fundó en la ciudad de Manila (1589),
nombre que también se puso a una calle de esta ciudad y que todavía hoy se
conserva, lo que podría hacer sospechar que algún villanovero pudiera acompañar
a Legazpi en su tarea colonizadora.
Parece
increíble que los habitantes de un pequeño pueblo de España, como Villanueva,
hayan podido estar presentes en muchos de los momentos históricos
trascendentales de la historia. Uno de esos momentos fue la construcción del
canal de Panamá, probablemente la obra de ingeniería más colosal que ha
realizado el hombre y que hoy, 15 de agosto, hace 100 años que se abrió al
tráfico.
Desde 1880, año en que comenzó a
construirse este canal, hasta su finalización en 1914, el principal problema
con el que tuvieron que luchar sus constructores no fue de ingeniería, sino de
sanidad, ya que los estancamientos de agua que se producían propiciaban el
desarrollo de una extraordinaria cantidad de mosquitos que trasmitían
enfermedades como la malaria o la fiebre amarilla, y está documentado que de
los primeros obreros que participaron en su construcción murieron más de
20.000.
Como prueba de que los villanoveros están en los mejores caldos, en
aquella obra también participaron. Alguno de aquellos personajes, como Pedro
Casado –abuelo de la familia actual de Villanueva, Mariscal Casado–, estuvo en
Panamá y fue uno de los pocos que logró vencer todas las enfermedades, viviendo
en Villanueva hasta los años sesenta –Otro día contaremos algunas anécdotas de
estos villanoveros que, más que trabajadores, fueron héroes–.Santa Potenciana, patrona de Vva de la Reina, es el nombre de un colegio y una de las calles más antiguas de la capital de Filipinas. (Figura bajada de INTERNET)
Texto original de José Del Moral De la Vega
De vez en cuando me arrepiento de no visitar albayana más a menudo. Hoy lo hice y he sentido crecer mi humanismo en mi interior. He descubierto que para seguir viviendo feliz en Badajoz tendría que llenarme el estómago de quisquillas una tarde a la semana, y así, con mejores rodillas, ir a esas escondidas capillas de Descalzas y Santa Ana a rezar por la paz.
ResponderEliminarPor cierto yo también agradezco a mi padre que a mis 13 años me regala la composición de Kipling. He recurrido a ella en alguna ocasión. Un abrazo a todos los tuyos.
Muchas gracias, Julio, por tu comentario, sobre todo cuando esto de los "blogs" ya ha pasado de moda y es raro que alguien entre y haga un comentario.
ResponderEliminarPara tus rodillas, si no tienes a mano unas quisquillas o camarones, puedes sustituirlos por champiñones, setas de chopo (Pleorotus) o cualquier otra seta.
Un abrazo