Los caballos y los burros, y los híbridos del cruce de ambos, han sido, hasta hace muy poco, pieza fundamental en la cultura del mundo rural.
A los descendientes de yegua y asno, yeguatos se les decía. Y burreños a los que nacieran de salto de caballo sobre asna... Rebeldes al esquileo y al herraje, había que torturarlos con el acial para aplacarlos. –Del libro “Voces del campo”–
Imágenes y texto de José Del Moral De la Vega
Hola, José:
ResponderEliminarBonitas reminiscencias, por aquí a esos cruce les decimos "Mulas" y son aún, el soporte de la economía en las tierras cafeteras y del mundo rural en general.
Gracias por visitarme.
Abrazos.
En México también son "mulas" muy útiles para transportar y trabajar la tierra.
ResponderEliminarYa estaba extrañandote Pepe, espero que estes bien.
Bonita estampa. Por estos lares el mulo/mula es el hijo de burro y yegüa. El hijo de caballo y burra, también es mulo, por aqui se le llamaba "burrero", de menor tamaño y menos potencia para el trabajo. De todas formas el nombre común que damos a todos ellos es el de "macho" (matxo) para los varones y mula para las hembras.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestra visita, Rafael, Beatriz y Alcudia de Veo. Veo que sois sensibles a la figura de ese animal que ha sido fundamental en el desarrollo de nuestra civilización.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá ya no sean "pieza fundamental en la cultura dl mundo rural", pero si de su memoria que es la de todos.
ResponderEliminarCierto Oteador. Tu sabes muy bien que somos mucho de lo que ya no es, pero que fue. Sin estos humildes animales, muchos momentos fundamentales de nuestra historia, no podrían ser explcados.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Un abrazo