Hasta no hace tanto, en los pueblos del mundo rural españoles, la cosecha de grano era como un milagro, que cada principio de otoño, hacía la naturaleza, y con el que las familias comían durante todo el año.
En los pueblos, el día de la senara* era un día grande. El labrador sacaba brillo a los arreos. Preparaba los collares de esquilas y llevaba a casa una cántara del vino mejor. Su mujer tenía a punto una bacalada, cecina y queso curado.
(*)senara: cosecha.
–Del libro “Voces del campo”–
Imágenes y texto de José Del Moral De la Vega
Hola, José:
ResponderEliminarMe trajiste remembranzas de la casa donde vivían mis abuelos, rodeada de campos sembrados y con el granero colmado de provisiones para el resto del año. Trigo, cebada, maíz y otros granos llenaban la despensa.
Gracias por visitarme,
Abrazos.
Realmente, estas imágenes son piezas maestras de una cultura que ha pasado, pero que están en el sótano de nuestra alma.
ResponderEliminarMe alegra que hayan servido para que viajes a tu infancia.
Un abrazo