21 de febrero de 2007
Escribir…dudando teclas palabreantes que juegan a equivocarse
deslizándose a escondidas como gusanos que no aciertan con los agujeros…
escribir para sacar la basura que se rebaña de los escondrijos que sólo limpian las cucarachas…tan poco amadas en su relación inversamente proporcional a su papel en nuestra sorpresa cómoda de cada día…
¿estaré borrando el desperdicio de un sueño?
¿las posesiones irreales perdidas?
...lo inútil o lo asesinado con bacterias de un instante inoportuno?
En cualquier caso,
limpiar para abrir hueco…a algo que vista de colores lo tostado verdoso de lo que fue un día amarillo y verde celeste…
nuevo hecho anciano en decisiones ajenas…como ese globo que te estalla en tus labios cuando lo estás hinchando
…se fue sin poder lanzarlo…se volvió pedazos de gomas húmedas y arrugadas…un anciano instantáneo de una turgencia ¿excesiva?
... apuntes de un basurero que aún no ha llegado a casa …
y sin música de fondo.
Un trocito de apunte de libreta, sin trabajar…ya tendrá su tiempo, pero escribir, escribir, escribir, disfrutar del papel, los trazos, las cubiertas, las cajas, el secreto…No hay nada perfecto, pero los sueños tienen su tiempo, o vendrán otros, o lo que es peor: los de otros…Dé un paso más y tal vez meta el pié en un charco mal puesto, pero estará más lejos… más cerca de salir de dónde se metió, y de conseguir sus sueños.
10 de septiembre de 2008
Una raya, todo puede ser
la caligrafía de un error,
un trazo inacabado, incompleto
una pestaña que molesta
(ya) a lo lejos y un
ratón resucitado de inocencia […].
Escriba, háganos el favor de no renunciar a ser quien es.
Texto: Jerónimo Del Moral Martínez. Ilustración: Diego
Hola querido Jerónimo.
ResponderEliminarDesde el título hasta el punto final, tu escrito guarda una sorpresa impredecible en cada letra, como si caminásemos entre nubes.
Todo puede ser en esta madeja de ideas con color de cielo y medio, por supuesto.
Gracias.
Un beso grandote.
Ya ves que solo es la malla del trabajo, no es aún el motivo sensiblemente construido de tus textos, pero me pareció que a quien empieza a disfrutar con algo hay que enseñarle la fuerza del taller de trabajo, de quitarse el miedo a mancharse...
ResponderEliminarPara construir autenticidades se necesitan muchas manos...y esto nos permite conseguirlo con los espías dirigidos, donde se roban permisos agradablemente voluntarios...sobran más palabras.
Gracias a ti
Otro beso
¿Sabes querido Jerónimo?
ResponderEliminarLa riqueza de la palabra alcanza su máximo esplendor cuando es revestida con el bello mensaje de un corazón que siente.
Así me llegan tus palabras. Te felicito.
Otro beso grande.
Una que ha ejercido de cucaracha -alguien tiene que hacerlo- agradece el recuerdo a tan ingrata tarea.
ResponderEliminarDesde luego, suscribo lo de estar más cerca de salir de dónde me metí.
De hecho creo que me metí para llegar hasta aquí y saber lo que sé.
Tal vez sí, tal vez no, por eso mismo tú estás tan cerca de tus sueños. ¿O será que ya los estás viviendo?
Gracias, Jerónimo. Gracias, Diego.
No sería justo confundir el ombligo con una mirilla donde buscando terminásemos sumergiéndonos hasta convertirnos en un nudo de nosotros mismos...una buena pelota a la que darle una patada. En el camino, y quien diga que lo acabó, será cierto, se acabó, su certeza de epitafio.
ResponderEliminarGracias a ti Gaudiosa