Colocación, a mediados del siglo XX, de la primera piedra de un
edificio público en Villanueva de la Reina (Jaén, España).
Imagen del libro "Protagonistas de un Mundo Rural"
Imagen del libro "Protagonistas de un Mundo Rural"
Fotografía que podría ser atribuida a Cartier-Bresson
Querido Pepe Aranda, tenemos otra pieza maestra, ¿qué te parece la foto descubierta?
La imagen recoge a una serie de personas en un acto, por los años cincuenta del siglo XX, en el que un alcalde pone la primera piedra de un edificio.
Si se trazan las dos diagonales del rectángulo que constituye la foto, podrás comprobar que a ambos lados del centro geométrico, como los pilares de la imagen, aparecen un militar y un religioso, éste muy pendiente de que el alcalde lea bien lo que está escrito en el papel. La figura del militar, la más alta, parece dar toda su conformidad al desarrollo del acto. Luego, fíjate bien querido amigo, la chica guapa es la imagen especular del agua bendita que el monaguillo tiene en el acetre –agua bendita igual a belleza, divinidad…–. Hasta aquí todo parece magistral, pero aún queda lo mejor.
Ligeramente por encima del centro geométrico que marcan las dos diagonales asoma una cabeza. Es una cabeza sin cuerpo, como se muestra al Padre Eterno en muchas representaciones de la Trinidad, sólo que, en este caso, con un bigote mosca y unas gafas negras. ¿No era ese el arquetipo fascista?
La composición de esta obra es, sencillamente, genial. A mí me parece que este retrato sólo podría ser conferido a un genio como Cartier-Bresson. ¿Sería éste el retratista?
Imagen y texto de José Del Moral De la Vega
Querido Pepe Aranda, tenemos otra pieza maestra, ¿qué te parece la foto descubierta?
La imagen recoge a una serie de personas en un acto, por los años cincuenta del siglo XX, en el que un alcalde pone la primera piedra de un edificio.
Si se trazan las dos diagonales del rectángulo que constituye la foto, podrás comprobar que a ambos lados del centro geométrico, como los pilares de la imagen, aparecen un militar y un religioso, éste muy pendiente de que el alcalde lea bien lo que está escrito en el papel. La figura del militar, la más alta, parece dar toda su conformidad al desarrollo del acto. Luego, fíjate bien querido amigo, la chica guapa es la imagen especular del agua bendita que el monaguillo tiene en el acetre –agua bendita igual a belleza, divinidad…–. Hasta aquí todo parece magistral, pero aún queda lo mejor.
Ligeramente por encima del centro geométrico que marcan las dos diagonales asoma una cabeza. Es una cabeza sin cuerpo, como se muestra al Padre Eterno en muchas representaciones de la Trinidad, sólo que, en este caso, con un bigote mosca y unas gafas negras. ¿No era ese el arquetipo fascista?
La composición de esta obra es, sencillamente, genial. A mí me parece que este retrato sólo podría ser conferido a un genio como Cartier-Bresson. ¿Sería éste el retratista?
Imagen y texto de José Del Moral De la Vega
Desde mi blog: Reflexiones al desnudo
ResponderEliminarTe cuento que de fotografía nosé mucho y tendría que apoyarme en mi madre, quien al lado de mi padre estuvieron en curso de fotografía, la diferencia es que hace 15 años y no con cámaras modernas.
¡Un abrazo renovador de energías cósmicas y mis mejores deseos para ti, en este 2009!
Muy buena la foto, y todavía me estoy riendo porque, buscando al de las gafas de sol, me quedé con el primero que encontré, que evidentemente no está donde tú dices, pero es más grande, se ve más y parece está con la guapa. Cuando siguiendo tus indicaciones he encontrado al que te referías, del susto he pasado a la carcajada. Muy bueno, Pepe, realmente parece una aparición o un fenómeno extraño.
ResponderEliminar¿Y qué me dices de la colocación de los niños que están sentados al borde de la obra, con su pantaloncito corto y su perfecto corte de pelo, aportando profundidad y expectación? Una pieza maestra la foto, totalmente de acuerdo.
Querido Pepe. Tienes razón en todo lo que dices, es una excelente foto. Uno tiene la impresión que los actores han sido colocados con mucha maestría.
ResponderEliminarEn cuanto a la técnica, yo añadiría que a la hora de revelar han utilizado el revelado por zonas. Es llamativo cómo el chaval sentado, el de la derecha, aparece más iluminado que los señores de arriba, cuando debería ser al contrario. Según mis gustos, ya sabes que sobre esto está todo por escribir, a esta foto le sobra cielo, en este caso el cielo está saturado y no aporta gran cosa a la foto.
Mi conclusión es que es una buena fotografía en la composición, pero… la calidad de la imagen, para la leica de Cartier-Bresson, se queda un poco corta. Yo hubiese picado más la cámara para evitar tanto cielo y aumentar el contraste apoyado quizás por un flash.
La he colocado en el foro por si alguien se anima a dar su opinión.
Es una alegría verte por aquí, Lully. Ojalá que ese abrazo de energías cósmicas nos libre de infortunios este año.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita.
Efectivamente, Asun, la foto es una joya. Y lo mejor, para mí, es que yo estaba allí, era muy pequeño, pero me acuerdo de aquel momento.
Pondré más, ya verás que bonitas.
Un abrazo
Pepe, eres un maestro. Tu análisis es bastante riguroso, aunque respecto a lo que opinas de la calidad... piensa que esa foto, como la mayoría de las que tengo de esa serie, estaba hecha unos zorros, y todas las he ido restaurando en lo que he podido, aunque hay muchas que sólo un milagro podría llevar a su estado original.
Un abrazo
La foto es genial no falta nadie. Todos los poderes fácticos retratados, una instántanea que forma parte de nuestra historia inmediata de la que, aunque no nos guste, no podemos renegar. Todo tiene ese sabor decimonónico que la hace magnífica. Fotos peores las he visto en albumes de prestigiosos fotógrafos. Un abrazote. Tino
ResponderEliminarHola querido José.
ResponderEliminar¿Sabes qué es lo que me gusta de la imagen? La diversidad de gente en un acto común, donde cada persona lleva asignado un papel importante y necesarísimo para llevar a cabo esa inauguración de anhelos, más que de edificaciones...
Sin duda, el autor de la fotografía supo captar magistralmente este lazo imperceptible tendido entre las almas de todos los presentes.
Gracias por este bello regalo José querido. Me encantan estas entradas.
Un beso grandote.
Efectivamente, Tino, esta foto es, para un español, una lección de historia. Para cualquiera que no haya vivido en España, como tú, Angélica, es como un buen cartel de una obra de teatro.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros acertados comentarios.
Un abrazo
Y pensar que para un ojo cualquiera,es sólo una fotogarfía.....y no son sólo imagenes,es toda un modo de ver la vida de quién hizo su obra en una sencilla fotografía....
ResponderEliminarSiempre me llevo un aprendizaje cada vez que vengo......
Mariella
Bueno, Mariella, nos cambiamos los regalos. Yo me traigo ideas muy bonitas de tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo